sábado, 17 de diciembre de 2011
martes, 13 de diciembre de 2011
lunes, 12 de diciembre de 2011
miércoles, 9 de noviembre de 2011
¿La caída de Silvio Berlusconi?
lunes, 7 de noviembre de 2011
Para muestra un botón
Hace unos días, el ahora expresidente griego originó una estrepitosa caída de las Bolsas europeas tras anunciar que sometería a referendum el "rescate" financiero del país. Luego de las humillantes declaraciones de Sarkozy y Merkel, y un encuentro a puerta cerrada con los responsables de la economía griega, Papandreou canceló la consulta y aceptó negociar (como si el verbo tuviera algún sentido en el contexto helénico), la entrega de 130 mil millones de euros para saciar a los especuladores, a cambio de sacrificar lo que queda de la propiedad estatal, el sistema de pensiones y la seguridad social.
Quizá esta nueva ola de protestas mundiales sea una prueba de que algo comienza a cambiar.
jueves, 20 de octubre de 2011
REMINDER II
Sabíamos mis hermanos y yo que habíamos perdido parte de nuestra esperanza de ser defendidos por una persona que hacia honor a su nombre y que, desde un principio, en la ventanilla de los locutorios, ante mi hermano Antonio, nos dijo que no nos preocupáramos por el dinero que ella trabajaría por nuestra libertad.
Después nos enteramos que existió un correo electrónico donde avisaba a sus familiares que había tomado nuestro caso y que ya había recibido una amenaza por el mismo. Sabíamos y seguimos afirmando que no la asesinaron únicamente por nuestro caso, pues había y llevaba en ese momento otros casos más. Fue nuestro caso, quizá, una gota más que derramó el vaso y que hizo al Estado mexicano, a la inteligencia militar, decidir la muerte de Digna.”
viernes, 30 de septiembre de 2011
El exorcismo de una recurrencia
miércoles, 28 de septiembre de 2011
La diplomacia mexicana como en tiempos de mi General Díaz

Participaron el Embajador ante el Quirinale Miguel Ruiz Cabañas, el Embajador ante la Santa sede Federico Ling y su esposa Mercedes de Ling. La presidenta de la Comunidad Católica Mexicana de Roma Griselda Quillares pidió un minuto de silencio por todas las victimas de la violencia en México.
El grupo de Mariachis Romatitlan animó la ceremonia. También se realizó un desfile de trajes típicos, categoría infantil y adultos. En la primera resultó ganadora Linda Roncaccia, con su vestido la China Poblana, y en la segunda categoría ganó Cecilia Salaices.
Además se efectuó un concurso para elegir la imagen que representará a México en el proyecto Read – Me2, organizado por el museo Etnografía Pigorini, con la finalidad de acercar a la comunidad de inmigrantes al museo. En la ocasión no faltó la variada gastronomía mexicana.
(consultable en: http://www.guialatina.it/notizie-locali.php?idvetrina=2 )
lunes, 26 de septiembre de 2011
Templo de Giove Anxur (siglo IV a.C.)
viernes, 23 de septiembre de 2011
lunes, 12 de septiembre de 2011
Monsanto y la IV Guerra mundial

EZLN VI Declaración de la Selva Lacandona
Lev Jardón Barbolla
I. Imágenes del campo
La escena se puede ver por las carreteras del Bajío, en la Depresión Central de Chiapas o en los campos de riego de Sinaloa: campos de cultivo que al inicio de los surcos que dan hacia la carretera anuncian en coloridos carteles Faena Fuerte. No, no se refieren a las duras condiciones en las que los jornaleros tienen que trabajar las tierras del ¿nuevo? latifudio mexicano, cobijado por la reforma salinista al artículo 27. Los carteles plásticos se refieren a un herbicida sistémico, que penetra la cutícula de las hojas de las plantas –envenenándolas- y que promete acabar con todas las malezas de un sembradío. En el resto del mundo el herbicida se comercializa como Roundup, su ingrediente activo, el glifosato, es una sustancia con potencial para contaminar mantos freáticos y que efectivamente, deja el campo libre de toda “maleza”, incluyendo verdolagas, tomate verde, amaranto y otras plantas “indeseables”. Según datos de la propia Monsanto, la venta de Faena, les dejó 2000 millones de dólares de ganancias en año 2009.
No es el único anuncio que en la expansión del bombardeo comercial prolongado podemos ver, tal vez, muy cerca, veamos el letrero de Dekalb, la otra cara de la gran corporación que es Monsanto. Dekalb es una de las marcas de semillas que maneja esta empresa, semillas “mejoradas”, o híbridas. Recientemente el gobierno de Chiapas firmó un acuerdo para promover la siembra de 20 mil hectáreas con semillas de este tipo: transferencia de recursos públicos a una empresa vía subsidio; son hechos, no palabras diría el gobernador que gasta millones de pesos en mejorar su imagen en los medios.
Así, recorremos algunos cientos de kilómetros por el país, kilómetros que relucen el paso de un ¿progreso? extraño, en el que el monocultivo, monótono, monotemático, a ratos monocromático con sus anuncios de monopolio, repite la imagen de extensiones de tierra en las que no se ve huella de esas plantas que los botánicos llaman arvenses, las plantas asociadas al cultivo.
De pronto, una excepción, algunas parcelas con milpas en las que al pie del maíz y del frijol, asoma un tapete de plantas de calabaza, que con sus hojas anchas y guías largas tapa la mayor parte de la luz a las malezas nocivas. Igual que hace algunos miles de años, antes de Monsanto existiese, nacen varias plantas a la orilla de las milpas: son verdolagas, amaranto, quelites. Desde que se inventó la agricultura brotaron a las orillas de los campos de las comunidades, plantas que aprovechan la condiciones atípicas que los humanos generaban al remover la tierra y deshierbar manualmente, dejando algunas superficies descubiertas. De entre esas plantas las comunidades escogieron tal vez algunas que ya eran usadas desde antes, las domesticaron (proceso en el que los seres humanos seleccionan las variedades que les resultan más útiles al tiempo que aprenden a cultivarlas) y transformaron en nuevos cultivos, con un aprovechamiento integral de lo que se producía usando cada planta para una cosa (grano básico, leguminosa, fruta, condimento, medicina, etc.)
Caminamos por ese campo y de un caserío vecino se acerca un campesino. Le preguntamos por una planta pequeña, de flores amarillas, el tomatillo de monte, tomate de cáscara, de bolsita, tomate verde. En otro tiempo habría bastado decir tomate, pero eso fue antes de que el uso anglosajón de la palabra tomate tendiese a sustituir jitomate en el uso cotidiano (jitomate viene de xitli y tomatl, tomate de ombligo).
El que buscamos es pues, el tomate silvestre. El campesino nos avisa que más adelante hay tomates, en un campo que no se trabajo este año, es tomate que se nace solo. El campesino había pensado transplantar las plantitas a su huerto familiar, pero las lluvias adelantaron la floración y ya no dio tiempo. Nos advierte que hay mucho lodo.
“Mucho lodo” es lodo capaz de atrapar los pies de las personas y en kilómetro y medio de potreros anegados es difícil atender el tipo de plantas que crecen cuando el mero hecho de levantar la pierna es un logro. Pero al final del pantano hay un campo a medio abandonar y entre la arena no una, sino lo que parecen ser dos especies de tomate silvestre. Tal vez sea una coincidencia, pero hace algunos kilómetros que no vemos anuncios de “Faena Fuerte”, ni a nadie que lo ocupe.
II. La involución verde
El campo con policultivos, no es el campo que necesita el capitalismo moderno. En este sentido, diríamos que Monsanto es apenas un síntoma, acaso sintético, de lo que el sistema capitalista implica para los campesinos.
La apropiación violenta de la tierra por parte de terratenientes y la expulsión de grandes cantidades de gente hacia las ciudades ha sido una constante desde que el capitalismo surgió, diría Marx, rezumando sangre y lodo por los poros (si bien es la punta del iceberg, la cabeza de Carlos I de Inglaterra rodando en 1649 puede atestiguar el asunto de la sangre). A esa apropiación violenta siguió la transformación del resto de la producción agrícola, pues el campo comenzó a producir para generar ganancias a terratenientes que a veces se volverían también industriales, o bien de industriales que se volverían terratenientes también.
Para el capitalismo un campo moderno es aquél donde los trabajadores agrícolas no producen para satisfacer su necesidades propias, sino para satisfacer las necesidades del mercado (del mercado, no de los consumidores). Pero además, es un campo donde se produce organizando todo de manera acorde al objetivo último de maximizar las ganancias. Cada surco debe ser sembrado de manera que se obtenga el mayor volumen de cosecha y, sobre todo, empleando al menor número de trabajadores. La diversidad estorba en la producción capitalista y por eso se favorece al monocultivo, “que cada grano de tierra, cada rayo de sol y cada gota de agua produzca sólo lo que queremos vender” parecería ser el grito con el que la burguesía marcha, recurrentemente, sobre el campo.
El capitalismo en expansión convierte cosas que antes se vendían como mercancías sencillas en mercancías capitalistas y cosas que antes no eran mercancías en mercancías. Así, la señora que vende unos cuantos aguacates, que ella misma cosecha, en una banqueta de la ciudad -mercancías simples- es desplazada por un supermercado, donde se venden aguacates de la variedad Haas (misma que ha desplazado a la enorme variedad de formas de aguacate que se vendían hace unos años) que provienen de la finca del Sr. X, que paga a unos jornaleros un sueldo más o menos miserable y obtiene, del trabajo de los jornaleros y de los empacadores de aguacate ganancias jugosas -mercancías capitalistas-. Nada del proceso de explotación se ve en la caja que dice “Calidad de exportación”. De la señora que vendía los aguacates, ya se encargarán las leyes que prohíben el comercio ambulante, o un operativo para embellecer las calles limpiándolas de “indeseables”; para eso ha servido, históricamente El Estado, esa famosa banda de gente armada que habla en nombre muchos intereses, menos los de la gente de a pie.
El proceso ha dado muchos resultados. En primer lugar, alimenta las maquiladoras y las ciudades en general de personas despojadas de su tierra dispuestas a trabajar “de lo que sea”, personas que se ven obligadas a concurrir al mercado para obtener sus medios de subsistencia.
En el campo de la producción, genera contradicciones reveladoras. Para malestar de la posición maltusiana, la capacidad de producción de comida creció más rápido que la población. De acuerdo con datos de la FAO en el periodo 1955-2005 la producción mundial de granos se multiplicó por 3.2. En ese mismo periodo, la población mundial creció 2.4 veces. Aún actualizando los datos y con la única excepción del año 2011 por la sequía en Rusia, en los últimos 10 años se ha producido en promedio más comida por cabeza de la que se haya producido jamás. Cada año, la cantidad de alimentos disponibles, se ha incrementado y el hambre sigue ahí.
Pero en su discurso, Monsanto y otras empresas del agribussiness pregonan que su misión es salvar al mundo del hambre; así justifican la necesidad del uso masivo de organismos transgénicos promovida por las empresas. ¿Cómo se origina el hambre a la que presuntamente responden los agroquímicos milagro? El mercado capitalista produce mercancías, mercancías capitalistas, mercancías que al venderse culminan en la generación de ganancias. Producir mercancías no es lo mismo que producir valores de uso, los alimentos pueden estar ahí, en el mercado, que se nos presenta como la única forma de existencia social en el sistema capitalista. Los alimentos pueden estar ahí, falta ver quién tiene el dinero suficiente para pagarlos, el que no tenga, puede morir de hambre. Las crisis del capitalismo han sido históricamente, crisis de sobreproducción.
Pero en el camino de incrementar una sola dimensión, la de la ganancia, el capitalismo ha hecho el campo menos diverso, más homogéneo. Al promoverse por los gobiernos la siembra de variedades industriales de semillas, protegidas por patentes y por el sacrosanto derecho de propiedad privada y su uso junto al de herbicidas y pesticidas se ha erosionado la diversidad genética de los cultivos. Se ha erosionado porque el mismo proceso de sustitución de variedades locales por semillas mejoradas ha atacado las relaciones sociales que hacen posible que las comunidades campesinas seleccionen, mantengan y acentúen la diversidad de las plantas cultivadas.
Marx comparó al capital con un vampiro, que siendo trabajo muerto debe salir cada tanto a chupar el trabajo vivo. Así, las empresas como Monsanto tienen que ir a donde está la vida, al bosque, a la selva, al desierto, a la parcela de la gente, para obtener diversidad biológica con la cual enriquecerse, arrebatándola por la vía del derecho de patente sobre bienes comunes. Después, Monsanto y compañía introducen al mercado semillas “mejoradas”, mejoradas porque son predecibles, mejoradas porque son homogéneas, mejoradas porque son menos diversas.
Y al perderse la diversidad que las comunidades han gestado en los cultivos se pierden también variedades que podrían ser de suma relevancia por presentar adaptaciones locales al clima, a la resistencia a enfermedades, a la supervivencia en suelos pobres, etc. Sin esa diversidad biológica, que hoy peligra en donde Faena Fuerte y Delkab campean, será imposible resistir el cambio climático, las nuevas plagas y catástrofes ambientales que el capital ha generado. La tecnología de Monsanto y sus competidores no es la solución, sino en todo caso una causa de las crisis alimentarias actuales.
El modelo tecnológico que promueve Monsanto no es una casualidad, es el modelo tecnológico que el capitalismo necesita para su reproducción inmediata. Y ese modelo entra en contradicción con la reproducción de la agricultura como actividad en el largo plazo. Hasta hoy, las crisis bajo el capitalismo se han debido no a la escasez, sino a la sobreproducción; el capitalismo neoliberal, amenaza con hacer de esta crisis, una crisis de escasez total, en la que el planeta mismo está en riesgo.
Los zapatistas han caracterizado a la IV Guerra Mundial como una guerra que el capitalismo neoliberal libra contra la humanidad en todas partes; dicen también que los que luchan contra el neoliberalismo están luchando por la humanidad. Tienen razón.
martes, 6 de septiembre de 2011
miércoles, 8 de junio de 2011
miércoles, 20 de abril de 2011
Despropósito Líbico

Arriba se sabe muy bien que el ejercicio del poder es más efectivo cuando el dominado está de acuerdo en serlo, por lo tanto, los poderosos dedican una buena parte de sus recursos en lograr la plena identificación de los gobernados con los objetivos del soberano. En este caso, políticos y medios de comunicación buscan por igual (y en buena medida consiguen) que la gente se sienta identificada con la defensa de los intereses económicos de un puñado de empresas italianas, cuyas millonarias ganancias están en riesgo frente a la actual coyuntura. Para alguien que proviene de, digámoslo así, otro contexto de sometimiento mediático, no deja de llamar la atención la manera en que se perciben los efectos del discurso dominante en las calles de un país considerado de primer mundo, es decir, la forma en que la gente de a pie (obreros, empleados, amas de casa, profesores universitarios, etc.), reproduce y hace suyo el debate que protagoniza en estos momentos la clase política italiana con respecto a la guerra en Libia.
En el mejor de los casos se trata de ignoracia bien intencionada, una especie de paternalismo crítico que no pone en tela de juicio la intervención militar en sí, sino sus formas y sus tiempos, es decir que la consideran necesaria para ayudar a Libia a alcanzar la "democracia", pero que por eso mismo debería prevalecer el humanitarismo y no el interés económico de alguna de las potencias interventoras. Por el otro lado están quienes, haciendo suyo el discurso neocolonialista de la derecha en el poder, aseguran sin tapujos que "mientras Inglaterra se queda con el gas y Francia con el petróleo, Italia se queda con la molestia de los migrantes". Al final, tratando de discutir con las más variadas opiniones sobre este punto, te das cuenta de la fuerza que pueden llegar a tener las formas modernas de sometimiento que se construyen sobre bases culturales, en particular las derivadas de aquella interpretación (no siempre explícita) de la división del mundo en desarrollo y subdesarrollo, Primer y Tercer Mundo, Civilización y Barbarie, etc.
Mientras tanto el pleito de las potencias continúa sin que ninguna de ellas repare en el despropósito de ventilar a cada minuto las antiguas diferencias. Digamos que la imagen de ese concierto de "países civilizados" asemeja cada vez más una batalla de buitres por la botín del otrora cómodo dictador. Así, entre golpes de tenedor y eructos mal disimulados, Inglaterra reconoció que desde hace tiempo manda “asesores” para “ayudar” a los rebeldes líbicos; Francia, ruborizada ante el albazo de la pérfida Albión, declaró que ya hace tiempo hacen lo propio...e ¿Italia? Tratando disimular la flatulenta indigestión de una vida política convulsionada por los escándalos de Silvio Berlusconi, Italia sostiene que lo suyo es mandar miitares a entrenar a los rebeldes, o sea que nada de “asesoría”, sino más bien un salto hacia adelanto (y al abismo) que deja atrás el histórico amor profesado por el Premier al dictador líbico.
Posdata: ¡Ah!, por cierto, como sugieren los viejos manuales, luego de cumplir fielmente con su papel durante décadas, el gobierno de Estados Unidos busca ahora un hogar para el viejo Kedafi, habrá que ver que alma caritativa se avienta el papelazo. En todo caso puede ser que los gringos se animen, digo, si acaban de exonerar al terrorista cubano Luis Posada Carriles...
martes, 19 de abril de 2011
Restiamo Umani
Una placa más, esta vez en el barrio judío del centro de Roma, que recuerda a las víctimas del Holocausto. La guía, que en realidad nos mostraba el Teatro de Marcelo, hizo una pausa para explicar que de toda la gente que fue deportada en esta zona, sólo doce lograron regresar con vida...
Ese mismo día, mientras regresábamos a casa, nos enteramos que Vittorio Arrigoni, de 36 años, había sido secuestrado en la Franja de Gaza por un supuesto grupo extremista. Lo acusaban de promover vícios occidentales y exigían la liberación de algunos presos a cambio de la vida del compañero... pocas horas después fue asesinado.
A continuación compartimos un fragmento del artículo de Gorka Larrabeita, publicado en Rebelión:
Arrigoni, militante de izquierda, arribó a Gaza como representante del International Solidarity Movement en una embarcación del Gaza Freedom Movement, que dos años después desembocaría en la Flotilla de la Libertad. Lo detuvieron en noviembre de 2008 soldados del Estado israelí en aguas palestinas, lo encerraron durante seis días y luego lo expulsaron a Italia desde el aeropuerto de Tel Aviv. Todo por haberse manifestado junto a los pescadores palestinos contra el bloqueo que estrangula la Franja y sume en la miseria a cientos de familias. El 25 de diciembre de 2008 regresó a Gaza y escribió: "Orgulloso de mi pasado, despreocupado por mi presente. Porque este es el momento de esmerarse, antes que de adueñarse de un futuro fácil, retorcido cómodamente, por esas víctimas inocentes a cuyos gritos de dolor no hemos concedido atención durante un momento". Lo escribió el día de Navidad de 2008 "desde las tinieblas del asedio".
Y llegó la Operación Plomo Fundido, y Vittorio Arrigoni fue, con Alberto Arce, uno de los únicos periodistas que se quedó en Gaza. Sus crónicas para Il Manifesto fueron una ventana que asomaba al horror del linchamiento que sufría el pueblo palestino. Esos textos fueron recogidos en un libro importante que publicó Il Manifesto.
Terminada la matanza de Gaza, Vittorio se quedó en Gaza. Fue el único periodista occidental que lo hizo. Vittorio llevaba un blog. Las últimas entradas daban cuenta de las siguientes noticias: la muerte de cuatro trabajadores por el derrumbamiento de uno de los túneles excavados por los palestinos en la frontera de Rafah; las declaraciones de Berlusconi comprometiéndose a impedir la partida de la Flotilla de la Libertad para Gaza; el ingreso en el hospital de Mubarak y el pogromo de la aldea palestina de Awarta, asediada durante 31 días tras la matanza de cinco colonos en el asentamiento ilegal de Itamar.
En Rebelión tradujimos unos cuantos textos suyos. En medio del infierno de Gaza, sus crónicas terminaban con una frase preciosa -"Restiamo umani"-, que dio título a su libro, y que resulta difícil de traducir. Podía ser "sigamos siendo humanos"; "mantengamos la humanidad"; "seamos humanos". Ninguna de las soluciones convencía, pues siempre se escapaba algo de esa frase italiana, que encerraba herméticamente en dos palabras un salvavidas contra la injusticia, el dolor y el horror que sufría y sigue sufriendo Gaza y Palestina. Restiamo umani. Adiós, Arrigoni. Viva la Flotilla de la Libertad... (fin de la cita)
En medio de la estridencia mediática característica de este país, prominentes miembros de la clase política italiana se han manifestado frente al asesinato de Vittorio, siempre con extremo cuidado de no hablar de lo que este activista hacía en Palestina. Mientras tanto, reporteros y comentaristas de todo tipo, se tomaron la libertad de usar el caso del compañero como una especie de terrible ejemplo de lo-que-puede-pasar-si-eres-solidario. Curiosamente el efecto ha sido completamente diverso, pues desde distintos espacios se están promoviendo eventos para recordar al compañero y, sobre todo, para retomar la bandera de la liberación del pueblo palestino.
martes, 5 de abril de 2011
jueves, 31 de marzo de 2011
martes, 22 de febrero de 2011
Santa María Novella
"Asociación Nacional de ex deportados políticos en los campos nazis
De esta estación, encerrados en carros de plomo, el 8 de marzo de 1944, fueron deportados a los campos de exterminio más de mil ciudadanos arrestados en la ciudad y en la provincia por los nazi-fascistas. Santa María Novella fue su última visión de Florencia antes del Holocausto."
La alquimía del cine han reducido el así llamado Holocausto a la eliminación de judios por parte de la Alemania nazi. Sin embargo, en los márgenes externos de este cheque en blanco, se oculta el hecho de que en los campos de exterminio, además de los seis millones de judíos, fueron asesinados ocho millones de gitanos (pueblo que, por cierto, es aún perseguido en la Unión Europea), así como cuatro millones de prisioneros de guerra soviéticos y otros grupos de individuos identificados por los nazis como "enemigo" (comunistas, discapacitados, homosexuales, etcétera).