En toda Roma, lo mismo que en las principales ciudades de Italia, circulan varios periódicos gratuítos para las distintas comunidades de migrantes presentes en este país. Las publicaciones más extrañas -para mí, obviamente- son aquellas escritas en coreano, chino, árabe y, sobre todo, bangladeshi (cuyo albafeto me hace pensar siempre en un tendedero). El negocio de los consorcios editoriales es la publicidad, de manera que entre página y página te encuentras a los vampiros de Western Union ofreciendo sus servicios en todas las lenguas; o las compañías de celulares peleándose por el nada despreciable mercado de la larga distancia.
De vez en cuanto te encuentras con anuncios de algún pequeño restaurante peruano que ofrece toda clase de nostalgias culinarias para tan numerosa comunidad y cosas por el estilo... al final son los mecanismos de comunicación paraoficiales hacia una comunidad sin derechos políticos que, sin embargo, mueve buena parte de la lastimada economía italiana.
Ayer, mientras me procuraba la cena en una extraña cadena de comida rápida Halal (cuyo lema es "We know how to deal with chicken"), me encontré uno de esos periódicos, en cuya primera plana aparecía una nota que llamó mi atención: "Mexicanos y chilenos recuerdan Independencia". Me puse a curiosear mientras me preparaban mi religioso émulo de "quarter pounder" (con todo y papas fritas), y lo que descubrí fue una nota que parecía redactada por la vieja burguesía costumbrista latinoamericana del siglo XIX. A continuación comparto, íntegra, esta curiosidad, que podría ser también porfiriana, previniéndome de la poca fe de mis escasos lectores:
Mexicanos celebran 201 años de Independencia
Roma. Por: Roxana Zurita. El 11 de setiembre en los jardines de la Passeggiata del Gelsominio en el parque Piccolominni, la comunidad mexicana celebró sus 201 años de Independencia, con una misa oficiada por el sacerdote José Guerrero y un acto institucional.
Participaron el Embajador ante el Quirinale Miguel Ruiz Cabañas, el Embajador ante la Santa sede Federico Ling y su esposa Mercedes de Ling. La presidenta de la Comunidad Católica Mexicana de Roma Griselda Quillares pidió un minuto de silencio por todas las victimas de la violencia en México.
El grupo de Mariachis Romatitlan animó la ceremonia. También se realizó un desfile de trajes típicos, categoría infantil y adultos. En la primera resultó ganadora Linda Roncaccia, con su vestido la China Poblana, y en la segunda categoría ganó Cecilia Salaices.
Además se efectuó un concurso para elegir la imagen que representará a México en el proyecto Read – Me2, organizado por el museo Etnografía Pigorini, con la finalidad de acercar a la comunidad de inmigrantes al museo. En la ocasión no faltó la variada gastronomía mexicana.
(consultable en: http://www.guialatina.it/notizie-locali.php?idvetrina=2 )
Participaron el Embajador ante el Quirinale Miguel Ruiz Cabañas, el Embajador ante la Santa sede Federico Ling y su esposa Mercedes de Ling. La presidenta de la Comunidad Católica Mexicana de Roma Griselda Quillares pidió un minuto de silencio por todas las victimas de la violencia en México.
El grupo de Mariachis Romatitlan animó la ceremonia. También se realizó un desfile de trajes típicos, categoría infantil y adultos. En la primera resultó ganadora Linda Roncaccia, con su vestido la China Poblana, y en la segunda categoría ganó Cecilia Salaices.
Además se efectuó un concurso para elegir la imagen que representará a México en el proyecto Read – Me2, organizado por el museo Etnografía Pigorini, con la finalidad de acercar a la comunidad de inmigrantes al museo. En la ocasión no faltó la variada gastronomía mexicana.
(consultable en: http://www.guialatina.it/notizie-locali.php?idvetrina=2 )
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Una deliberada cortina de silencio impide a los italianos entender
el drama que para México supone la guerrita de Calderón, lo mismo que las
tragedias de otras geografías. En el restaurante, luego de que el empleado hindú
me entrega mi cena, veo que en la sala hay gente de Colombia, Libia y algún
otro desastrado país africano. Cada uno carga a cuestas con sus cifras, sus
desgarramientos y dolores... su corazón partido. Yo ya no sé dónde poner a mis
50 mil muertos, ni cómo nombrar a mis 15 mil desaparecidos... algo se me
ocurrirá.
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