Apuntes desde el duermevela
“Hay tantas cosas inasibles perdurando,
que el sueño entre visiones apenas
y me quita el cansancio.”
Los duerme-vela ofrecen visiones curiosas: mal viajes gratuítos, chistes negros y hasta revelaciones extasiantes. Hace algunas noches por ejemplo, me encontraba en una posición tan particularmente cómoda en la cama ¡que comencé a sentirme como el esqueleto de un pescado!. Asumiendo esa imagen en la conciencia de mi cuerpo, recorrí con fascinación las sensaciones de mi nueva geografía ósea hasta quedarme profundamente dormido. A la mañana siguiente, además de seguir en la misma posición, descubrí que había descansado como no lo había hecho en muchísimo tiempo... Me pregunto que pasaría si en la vida diurna le diéramos una dimensión de realidad a nuestra capacidad para la maravilla, seguramente no podríamos metamorfosearnos tan radicalmente, pero la libertad que la vela abierta le daría al viento de nuestras sensaciones sería de un potencial tan espantosamente transformador, tan subversivamente antianquilosante, que hasta siento nostalgia cuando a mi sobría resignación cotidiana le es posible vislumbrarse una brecha de vela-duerme en medio de su cárcel ritualista.
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